ALERGIA

La llegada de la Primavera desencadena la aparición de un cuadro muy molesto en las personas alérgicas al polen. Generalmente se manifiesta con goteo nasal, estornudos, congestión, lagrimeo, escozor en los ojos y malestar general. Cuando no es polen el desencadenante de la alergia, las causas pueden ser múltiples, tales como el pelo de los animales, el polvo, los ácaros, etc. Y, por consiguiente, los síntomas pueden presentarse y prolongarse a lo largo de todo el año.

 

¿Qué es la Alergia?

 

Es una enfermedad producida por una reacción de la persona alérgica frente a determinadas substancias en principio inofensivas para la mayoría, que acaba afectando a su propio organismo. Según cual sea la vía de entrada de la sustancia y el órgano donde tenga lugar la reacción: ojos, nariz, pulmón, piel, tubo digestivo... las manifestaciones de la alergia serán distintas: conjuntivitis, rinitis, asma, eczema o urticaria, diarrea, dolores abdominales...

Las substancias alergizantes se identifican mediante la realización de unas pruebas cutáneas. En ellas se evalúa la reacción de la piel tras la inyección superficial y en pequeña cantidad de distintas sustancias. Las más frecuentes son los pólenes, el polvo doméstico, el pelo animal, algunos alimentos, medicamentos y productos químicos.

¿Qué puede hacer la persona alérgica?

En primer lugar debe evitar el contado con la sustancia alergizante, tarea nada fácil en el caso de sustancias ambientales como pólenes o polvo. Cuando la tasa de polen es alta se recomienda cerrar las ventanas de casa y del coche, no ir al campo y no salir a la calle los días de viento. En cuanto al polvo se recomienda no barrer, limpiarlo lodo con paños húmedos y no poner moquetas o alfombras.

Los medicamentos clásicamente utilizados en la alergia son antihistamínicos y en algunos casos, los corticoides, que además de poseer efectos secundarios como somnolencia, sequedad de la boca y bajada de defensas, alivian pero no la curan.

Por ello son cada vez más numerosas las personas que recurren a la homeopatía.

 

¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA?

La homeopatía es un método terapéutico que aplica el principio de similitud. Consiste en administrar al enfermo sustancias muy diluidas procedentes del reino vegetal, animal o mineral, que en dosis altas provocan en el individuo sano síntomas similares a los del enfermo.

La homeopatía es una terapia reactiva que emplea pequeños estímulos para hacer reaccionar a la fuerza vital natural del organismo hacia el equilibrio y la curación.

¿Qué puede tratar?

Puede tratar numerosos trastornos tanto agudos como crónicos:

Infecciones   (catarros,   gripe,   amigdalitis,   otitis....);   alergias: traumatismos: trastornos digestivos, dermatológicos, ginecológicos, psicológicos, etc. La eficacia de la homeopatía depende de la capacidad de reacción del enfermo. Cuando ésta se encuentra muy deteriorada, por ejemplo en afecciones muy crónicas o graves, la homeopatía puede ayudar a disminuir la dosis y/o duración de otros tratamientos.

En las alergias, con homeopatía se pueden tratar tanto los síntomas agudos del enfermo como el "fondo" o terreno en el que desarrolla la enfermedad.

¿Cómo se presentan los medicamentos homeopáticos?

Las formas de presentación más características son los tubos de gránulos con tapón dosificador y los glóbulos monodosis. Pero los medicamentos homeopáticos pueden tener cualquier presentación farmacéutica: comprimidos, gotas, ampollas, pomadas, etc.

En general la tolerancia de los medicamentos homeopáticos es excelente, y no presentan contraindicaciones.

Si usted padece alergia, déjese asesorar por un terapeuta homeópata.